Home -- Spanish-AM – Perform a PLAY -- 050 (Caution danger of an avalanche)
50. Atención peligro de aludes
Un niño cuidaba ovejas en los Alpes Suizos. Amaba las flores y los luminosos glaciares. Un día un excursionista venía subiendo la angosta senda.
Excursionista: "Grüezi, ¿cómo te llamas?"
Pedro: "Grüezi, yo soy Pedro."
Excursionista: "¿Estás sólo aquí arriba?"
Pedro: "Si, estoy de vacaciones y cuido las ovejas de mi papá."
Excursionista: "Así que eres pastor. ¿Conoces al buen pastor?"
Pedro: "No, ¿quién es?"
Excursionista: "El Señor Jesús. La Biblia dice que los hombres nos parecemos a ovejas desobedientes, a quienes les gusta buscarse sus propios caminos. El buen pastor nos busca. Quiere guiar nuestra vida por el mejor camino, quiere cuidarnos y llevarnos con Él al cielo cuando termine nuestra vida."
Pedro: "¿Me lleva a mi también al cielo cuando me haya muerto?"
Excursionista: "Si. Sólo tienes que pedirle que sea tu pastor."
Pedro: "Me gustaría hacerlo ahora mismo."
Pedro oró, habló con Jesús de manera sencilla. De corazón le dijo que quería pertenecer a Jesús, que quería que fuese su pastor, que cuidara de su vida. Antes de seguir su viaje el excursionista le dijo a Pedro:
Excursionista: "Ahora perteneces para siempre al buen pastor. Puedes decir: El Señor es mi pastor. Mira, este versículo de la Biblia lo puedes leer con los 5 dedos de la mano."
Pedro repetió el versículo tomándose de un dedo de la mano izquierda para cada palabra. Al cuarto dedo lo apretaba más fuerte que los otros, diciendo:
Pedro: "El Señor es mi pastor."
Muy feliz le contó a sus padres lo que le había sucedido.
Pero llegó el día en que se le terminaban las vacaciones y Pedro volvió a la escuela.
Llegó el invierno. Y en los Alpes Suizos eso puede ser peligroso. A veces hay peligro de avalanchas de nieve en las montañas.
Pedro caminaba con dificultad por la profunda nieve. De pronto escuchó un ruido como un trueno fuerte. Pedro intentó alejarse corriendo, pero ya fue tarde. La avalancha lo alcanzó y lo sepultó bajo las pesadas masas de nieve.
Cuando oscurecía, los padres empezaron a preocuparse y a buscarlo. Después de largas horas lo encontraron - muerto. Su mano derecha apretaba fuerte el cuarto dedo de su mano izquierda. Al morir Pedro había estado pensando en su buen pastor.
Los padres estaban muy tristes por perder a su hijo. Pero a la vez les consolaba saber que iban a encontrarse con Pedro otra vez en el cielo. En el momento, en que también ellos iban a ir para estar con su buen pastor para siempre.
¿Puedes decir también que el Señor es tu buen pastor?
Personajes: Relator, excursionista, Pedro
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