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151. El precio de una cabeza de burro 1
¿Te puedes imaginar a Samaria, esa ciudad bien fortificada y situada en la colina? Cuando Israel estaba dividido en dos reinos, Samaria era la capital del Reino del Norte.
El enemigo, los sirios, había elegido justamente esa ciudad para conquistarla.
No pensaban conquistarla con armas, sino sitiándola.
Instalaron su campamento alrededor de la ciudad y vigilaron cada movimiento.
Dentro de la ciudad sólo se oía malas noticias. Hubo una gran escasez de alimentos. Los almacenes estaban vacíos. Una cabeza de burro (que más que nada son huesos) valía 120 Euros. Los niños, casi muertos de hambre, lloraban en las calles y buscaban cualquier cosa para comer.
El pueblo estaba desesperado. El rey también. Él culpaba al profeta Eliseo y estaba decidido a matar al mensajero de Dios. El rey fue a buscarlo. Un oficial lo acompañaba.
Eliseo los vio venir.
Eliseo: "Rey, escucha a Dios. Él ha prometido que mañana habrá comida barata para todos."
El oficial se burló con insolencia.
Oficial: "¡Imposible! ¿Piensas que Dios abrirá ventanas en el cielo y nos enviará comida?"
Eliseo: "Tu lo verás, pero como castigo por haberte burlado de Dios no comerás."
Era una muy buena noticia de parte de Dios, pero nadie la creyó.
El sufrimiento era inmenso. Pero aún peor era para los 4 hombres que estaban sentados afuera de los portones de la ciudad. 4 hombre harapientos, casi muertos de hambre y leprosos. Habían sido expulsados de la ciudad por culpa de esa horrible enfermedad de la piel.
¿Se divulgaría pronto la mala noticia de su muerte? Callados y desesperados miraban fijos al suelo. De pronto uno rompió el silencio.
Leproso: "Por todos lados acecha la muerte. Si nos quedamos aquí, moriremos con seguridad. Si entramos en la ciudad, también moriremos. Si nos vamos al campamento del enemigo, quizás nos dejen vivir. Y si nos matan, bueno, moriremos allá."
Una chispa de esperanza prendió en sus corazones.
Cuando el sol se ponía, se acercaron a hurtadillas al campamento del enemigo. La tensión era enorme. Llegaron a la primera tienda. ¡Cuidado! ¡Sin ruido!
Lo que sucedió luego,... te lo contaré la próxima vez.
Personajes: Relator, Eliseo, leproso, oficial
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